Una
algarabía me despierta a las doce del día. Como cuando se está jugando un
partido de fútbol, gente pujando y gritando celebra un acontecimiento.
¡Ganamos! ¡Ganamos! ¡Viva! ¡Por fin! Es lo que escucho mientras me voy
incorporando con las lagañas de un sueño espléndido interrumpido que foco a foco
dibuja un rostro a contraluz hasta reconocerlo. Despiértate hijo. La paz sea
con vosotros. Y con tu espíritu. Le respondo. Mi mamá entera ahora sí. Me pone
una taza de café a la mano y me avisa el almuerzo. ¡Por fin! ¡Por fin! ¡Sí!
¡Gracias Dios! ¡Hágale tómese eso y baje a almorzar! ¡Se firmó la paz! Mi mamá
se va cantando la frase con la melodía prestada de una canción de Mercedes
Sosa. Enciendo el computador, reviso el whatsapp
y Facebook por rutina, doy un sorbo de café, y como un virus, La Noticia: “Se
firma la paz en Colombia”. “Cese a las hostilidades, Colombianos se dan la mano
en La Habana”. “Víctor Manuel Montaño al nobel de paz”. “¡Es un hecho!
¡Colombia se desarma!”. Esos y muchos otros títulos parecidos me demuestran que
ocurrió algo importante. El sonido de la radio a todo volumen también lo
reafirma. Me sacudo las lagañas, me rasco la barba y otro sorbo de café.
Ya
en la sala con toda la familia y vecinos, es domingo, veo en la televisión La
Comisión de Paz, delegados, diplomáticos, todos bajo constantes flashes, un
despliegue de personas vestidas de guayaberas blancas con pantalones de lino,
algunos con sombreros vueltiaos, boinas, banderas, brazaletes, alpargatas, otros
descalzos por la arena de playa y la brisa de mar. No se ven armas. Como en un
acto militar se ven todos, pero sin armas. Un helicóptero de la Cruz Roja
Internacional en tierra con su hélice a toda marcha ventea guayaberas y
chalecos de la ONU, USAID, CIDH, UNESCO, cual paloma de la paz revoloteando sus
alas. Van dos horas y el almuerzo no se sirve. Todos pendientes de la
situación, pues el Papa Francisco está por llegar. “…María Fernanda estamos
viendo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y al gabinete de
seguridad que ha desplegado el gobierno cubano, para el recibimiento del Papa
Francisco porque la cantidad de curiosos que quieren tocarle la mano al sumo
pontífice cuando pase su carroza puede ocasionar algunos desórdenes(…)” “Claro Juan
Diego. La idea es que el Papa Francisco esté a eso de las tres de la tarde en La
Mesa que ahora se ha trasladado a la playa Santa María del Mar, una de las
playas más bellas de La Habana para ofrecer una pequeña misa y bendecir este
acto tan esperado por muchos (…) No se muevan. Regresamos en breve”. Mientras
daban paso a comerciales, se dio luz verde al almuerzo, y uno en especial salía
cada dos o tres propagandas. Uno del presidente Montaño con pecho en alto dando
un mensaje a Colombia de cómo de nosotros depende de que la paz tenga ruedas de
verdad. Iba con música de coro vocativo de fondo en tonalidad mayor
institucional. Se me hizo clara de huevo el ojo. Lloro cuando veo emotividad
con música incidental. En Hashiko lloré como una María macarra. Ojalá en los
semáforos los discapacitados pusieran música para la ocasión. Captarían más la
atención de sus clientes. Empecé a darle picos a la cuchara con sancocho
valluno hirviente de mi mamá y un comercial de Café Moro salía con un bambuco-pop
y rostros bonitos, negros y bonitos, promocionando una edición limitada de su
producto estrella donde se invitaba a probar y tener una nueva presentación en
casa. En el empaque se leía “Tomémonos la mano. Seamos hermanos.” “Un tintico
por la paz” remataba un actor de capos.
La
tarde caía y mientras disfrutaba de unos buenos memes en redes sociales y leía
discusiones acerca de la coyuntura, música de barrio oscilaba en el aire de
domingo echado a perder. Ya iban casi ocho años desde que comenzaron los
diálogos de paz en Cuba y por eso necesitábamos celebrar. ¡Colombia Campeón!
Gritó un vecino y sonó pachito. La gente no tenía que ir a trabajar al día
siguiente porque el presidente había declarado lunes cívico. Una horda de
moto-ratones salen de la nada con perros cantaleteándoles detrás. En la radio
hablaban del derecho de La Haya y el derecho de Ginebra. El segundo celebrado
en el año de 1864 donde se estipulan condiciones de guerra las cuales velan por
la integridad de los hombres en combate y donde la victoria no puede
superponerse al acabar con el enemigo mortalmente. “Debilitamiento” es el
término a usar en los encuentros que suceden a éstos. Mientras escucho el
programa pienso que cualquiera que lo escuche o sepa del asunto dirá que el
Derecho Internacional Humanitario no es más que otra biblia escrita por un
cananeo medio hebreo. Precisamente desde el mismo momento en que decidieron
congregarse para crear un manual bélico, se violó. Cuando se crea la Ley, surge
la ansiedad de romperla. Factor humano clásico. “Tú eres mi hermano del alma…”
entona el músico invitado del programa a guitarra y vos para refrescar la
sesión.
El
presidente de los Estados Unidos se pronuncia en cadena internacional para
felicitar a su homólogo y al gobierno colombiano por dicho triunfo a la guerra
y menciona que ojalá Cuba y su país logren descongelar las relaciones
bilaterales porque no vale la pena seguir con mezquindades y odios heredados de
nuestros antepasados. Saúl Castro desde la CELAC, Cumbre latinoamericana a la
cual pertenece la Isla pide que sea levantado el embargo hecho a Guantánamo por
parte de los norteamericanos como acto de buena fe y ganas de arreglar
diferencias. Muchas cosas convergen en esto de haber firmado la paz me dije a
mí mismo. Sí que es un avance tremendo. Pero los republicanos le van a hacer la
vida imposible. La oposición no es que esté en contra de hacer pactos y
acuerdos. Es más. Saben que así como se inventaron La Guerra pueden lucrarse también
con La Paz. “Toda oportunidad de negocio parte de una incapacidad ajena de
resolver un problema simple e inevitable” Emprendimiento. Los Juegos del Hambre. Mantener la paz también costará. Ya había
visto mucha televisión y pasé a otras actividades.
Todo
esto entre otras noticias de lo mismo hizo el ruido necesario y por unos días
todos estábamos con cara de paz. Todo era paz. En la prensa seguía saliendo la
fotografía donde sale una enorme fogata con todas las armas. Quise revisar
whatsapp para chatear con mi novia pero al instante me di cuenta que me lo
habían robado la misma noche de domingo en que se firmó la paz cuando fui a
visitarla. Noche loca esa. Pero en general bien todo. No por eso voy a
desacreditar todo el esfuerzo hecho por el gobierno. Ya se firmó qué
hijuemadre. Solamente veía en mi cabeza la fogata esa con el puñal del tipo que
me amenazó con él adentro.