Está de moda la barba y la
maricada. Sí hay homosexuales. Obvio. ¿Pero tantos? No creo. Otro
emprendimiento más de nuestra pericia cultural e industrial. Homosexualismo,
desde Alejandro Magno y eso hace nada. Por supuesto siempre ha existido y nos
lo ha mostrado la misma naturaleza en las diferentes especies y faunas. Hasta
se puede convertir a alguien heterosexual en alguien homosexual por minutos si
se quiere por medio de un procedimiento conocido como la “Centralita”, una
costumbre entre espías para dialogar. Agua y electricidad con la ayuda de
algunos fármacos y ya está. Experimentos con ratas, en fin. Los humanos somos
ociosos. Pero llegamos a algo después de todo. Llegamos a la Moda, un término
que sale de un área del conocimiento, La Estadística. Un patrón que se repite.
Y dentro de ese patrón está la maricada. A esto me quiero referir con “maricada”,
para irme contextualizando por si Narciso saliese a la esquina con una opinión
reventada. Todos tenemos que caber en este planeta aunque la coyuntura actual
por los derechos homosexuales me demuestre más una Efervescencia Colectiva que
otra cosa. Cuando surge alguna idea o movimiento, hay cierta genuinidad al
comienzo seguido por la sinergia generada entre los participantes por ende
alterando y proponiendo nuevos estadios. Como en Shock Corridor de Samuel
Fuller. Un periodista intenta armar una historia en un hospital siquiátrico y
vean lo que ocurre. Creo que he visto lo que tengo que ver con delirios de
antropólogo perspectiva de la cual me ufano por querer analizar comportamientos
en donde en particular éste, el de la Maricada, me pone taciturno en el umbral.
Tuve mi experiencia homosexual
a una edad clave donde me pude haber sentido cómodo pero ahora la recuerdo como
un evento de la pubertad el cual me lleva a sacar conclusiones. Incluso he
llegado a pensar que soy gay y no he querido salir del armario. Pero soy muy
cobarde en algunos aspectos como para admitirlo si así lo fuere. Además mi mamá
no lo soportaría. Por eso mejor no. Seguiré soñando con” Raúl en el Baúl”.
La sicología juega un papel
importante no obstante sin dejar de polarizar la situación de los que están en
crisis. Tanto la orientación sexual de una persona como su personalidad la
definen muchos factores del entorno al cual pertenece aunque muchos se pueden
confundir emocionalmente precisamente por ese entorno que aprovecha circunstancias
para lanzar marcas, ferias, güevonadas varias. Claro, nuevos empleos indirectos
se crean y otros departamentos se benefician a través de este tipo de
detonadores mercantiles. No está mal. Solo que hay mucho Fandango por ahí dando
lora empañando la escena. Pero son útiles a la hora de generar fluido
económico. Como sea. No hay tantos gays como parece. Ya se les va a pasar. Y a
los que no, pues demuestren que no son tan precarios como los demás ciudadanos,
contribuyentes y padres. Respecto a la sicología moderna por decirlo de algún
modo, nos está confundiendo con sus conceptos de Ser Humano, qué es y qué debe
ser. La genética y nuestra biología está hecha para que el pene entre en la
vagina. Sin oscurantismos ni mucho menos. La Iglesia tiene su posición frente a
la coyuntura y ellos defienden su patrimonio. Es lógico. Yo solamente digo que
si la sociedad quiere inventar está en todo su derecho porque yo soy de los que
piensa que eso genera nuevas
inteligencias y adaptaciones. Pero si nuestros cuerpos están diseñados con un
pene y una vagina es por algo. Un animal no razona como lo hacemos nosotros
llevándolo a tener actos homosexuales. Y un molusco menos. Es diferente.
Nosotros poseemos esa facultad de pensar y analizar haciéndonos diferentes. Por eso las maricadas como son.
Somos Sociales. Socialmente vulnerables.
Salud por los gays y ese nuevo
paso. ¡Pero ojo con la maricada!