¿Se hace menos tarde? ¿Acelero?
Me gusta la crisis administrada por la razón entre extremos pero a veces el medio se vuelve tan denso que apenas me configuro. Como si una onda sonora quisiera llegar algún sitio usando el vacío para conducirse en vez de cualquier otro medio. Por eso el tiempo y el espacio son conceptos puros mas no de muñeca ni de pared porque a diferencia de la onda** estos se sustantivizan elevándose a algo más complejo dejando condición tan mortal como adjetivo.
Tal vez se me pase el afán de escribir dentro de poco y por eso lo hago antes de que la buena moción se convierta en sentimiento de escritura. Me obligan a hacerlo. Los recordatorios que llegan por docena vencida.
Los latidos del reloj -o su homólogo radicado en la unidad de peso-, la radio y un barato diapasón hacen de esta dimensión que ahora pretende su quinta, sostenerse***, para accidentarme como producto de tienda que llega a buen precio pero se precipita a la especulación cuando se costea. Mientras tanto…
¡Me muero por ver qué hora es!
Fabricante.
Foto tomada de: www.mundofotos.net/foto/negro_blanco/701971/espiral#foto
Las oscilaciones que se producen de un extremo de mes a otro cuyo polo se encuentra en el lado negativo del plano temporal, se reducen cuando 525.600 vibraciones de hora fraccionadas en porciones unitarias de mal hábito y desorden, estimuladas, catapultan al silencio. Una activa regulación de recordatorios se retuerce para distorsionar o quizás reflexionar.
Como 7.2 horas es decir 440 vibraciones, producen un sonido*, imagínense 1440 oscilaciones con pulsaciones cada vez más exageradas por un tiempo creado a imagen y semejanza del ocio para así estremecer al oído interno e inquietar aun más. ¡Cuánto sonido! Peso cada día menos hasta llegar al gramo. Hasta los cero grados. Si almenos pudiese yo… en fin. ¡Si pudiera! Llevo muñeca no tan ligera y un calendario que a veces quisiera fuera judío.
Me gusta la crisis administrada por la razón entre extremos pero a veces el medio se vuelve tan denso que apenas me configuro. Como si una onda sonora quisiera llegar algún sitio usando el vacío para conducirse en vez de cualquier otro medio. Por eso el tiempo y el espacio son conceptos puros mas no de muñeca ni de pared porque a diferencia de la onda** estos se sustantivizan elevándose a algo más complejo dejando condición tan mortal como adjetivo.
Tal vez se me pase el afán de escribir dentro de poco y por eso lo hago antes de que la buena moción se convierta en sentimiento de escritura. Me obligan a hacerlo. Los recordatorios que llegan por docena vencida.
Los latidos del reloj -o su homólogo radicado en la unidad de peso-, la radio y un barato diapasón hacen de esta dimensión que ahora pretende su quinta, sostenerse***, para accidentarme como producto de tienda que llega a buen precio pero se precipita a la especulación cuando se costea. Mientras tanto…
¡Me muero por ver qué hora es!
Fabricante.
Foto tomada de: www.mundofotos.net/foto/negro_blanco/701971/espiral#foto
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