Qué son los secuestrados sino personas que se lo merecen. La educación que a esta gente brinda la divina y naturaleza voluntad de ser abstraídos de su entorno, en horamala para sus demonios y en horabuena para sus precarias vidas, si es que digieren bien su estadía en el lugar, no es más que la absurda suciedad del trabajo de otros mal educados.
Si bien no me ha tocado estar con ellos en la selvas de este país, que en lo poco descubierto me parece hospitalario, es porque no me lo merezco. Sí. No me lo merezco. Por economía educativa.
Soy tan igual como los que están allá sin menor o mayor privilegio. Simplemente que ellos decidieron ir y yo no. No todavía. Además no he acordado con ellos irme.
Cuando a un narcotraficante le quitan absolutamente todo suponiendo que así sea, nada de casita por cárcel o algo parecido, cuando le quitan todo, lo sacan de su infierno. Lo liberan. Y ¿Quién hace esa labor? Otro trabajador sucio.
Los familiares de esos que están allá fingen y hacen su trabajo sucio también. Lloran y suplican la liberación de los suyos y lo hacen muy bien. En realidad están felices por el suceso que los traerá diferentes, no cambiados para bien o para mal, sino diferentes, el nacer morir que necesita el ser humano. Claro que algunos literalmente mueren.
¿Y los trabajadores sucios que hicieron empresa con el recurso humano quién los corrige? Pues entre ellos mismos. Reacción en cadena es su condena.
En cuanto a mí, trabajador sucio que escribe a petición de los trabajadores sucios de este medio, no me queda otra opción que seguir observando mientras llega el momento de salir. Salir del desagüe. Mi secuestro.
Por ahora seguiré haciendo mi trabajo sucio de oficio… la música.
A la Orden,
Regulador.
Si bien no me ha tocado estar con ellos en la selvas de este país, que en lo poco descubierto me parece hospitalario, es porque no me lo merezco. Sí. No me lo merezco. Por economía educativa.
Soy tan igual como los que están allá sin menor o mayor privilegio. Simplemente que ellos decidieron ir y yo no. No todavía. Además no he acordado con ellos irme.
Cuando a un narcotraficante le quitan absolutamente todo suponiendo que así sea, nada de casita por cárcel o algo parecido, cuando le quitan todo, lo sacan de su infierno. Lo liberan. Y ¿Quién hace esa labor? Otro trabajador sucio.
Los familiares de esos que están allá fingen y hacen su trabajo sucio también. Lloran y suplican la liberación de los suyos y lo hacen muy bien. En realidad están felices por el suceso que los traerá diferentes, no cambiados para bien o para mal, sino diferentes, el nacer morir que necesita el ser humano. Claro que algunos literalmente mueren.
¿Y los trabajadores sucios que hicieron empresa con el recurso humano quién los corrige? Pues entre ellos mismos. Reacción en cadena es su condena.
En cuanto a mí, trabajador sucio que escribe a petición de los trabajadores sucios de este medio, no me queda otra opción que seguir observando mientras llega el momento de salir. Salir del desagüe. Mi secuestro.
Por ahora seguiré haciendo mi trabajo sucio de oficio… la música.
A la Orden,
Regulador.