Naked Lunch

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Sunday, February 13, 2011

FELICIDAD

De Sermones de bolsillo

Pero si es que así está organizado el orden de aquellas conductas amén de buen oficio que gusto con el fin de rascar las vergüenzas de aquellos enmascarados y autómatas sistémicos en la que el objeto sine qua non es decir tal vez un mundo más justo si apenas llega a lógico con su crítica de buen juicio representa la cotidianidad en lo aleatorio.

Más grosería menos cordialidad para un pronto restablecimiento de nuestra institución ubicada en la esquina del lugar, invasión de espacio público sin garantías de buen uso, para controlar plagas y creencias sin lectura que hacen el concepto confuso e inquietante al hambre de estómago. Con unos buenos lentes se nota.

En lo que a mí purga se requiere de prioridades dejando principios y cursilerías para labores domésticas donde indivisos de cuna limpia evangelizan para un golpe de estado hostigado sin los acentos correctos aunque tal vez de pronto si se finge bien, logramos causa homogénea y casi que de humores bien habidos. Como dijo la señora de los zapatos azules con punta de puñal, entretiene si te enrolas Felicidad.

Hay una prestación de servicio muy interesante cuando te quitas un peso de encima, de pronto una vía con acceso a salidas de la bazofia que impuso la costumbre, pulso sin regular, zonas de ventilación con pronta evacuación la cual pregunto tú bostezas mientras las noticias se presentan: Inés María se ve ▬como si pudiera gritar▬ ¡esta blusa me va a matar! Incluso el método es no tener uno da igual. Ensuciarse todos los días es la convención que una niña propone y salta a la vista lo elocuente que es sin mencionar su imprudencia a la vez e inherencia al contexto praxis de su fricativa consonancia en efecto intercambio de una región a otra con probabilidades de adquirir su primera descendencia. Feliz la infante de pezones advertidos, igualiteña esa.

Aquellas situaciones estables son las que por buena conducción llegan ocasionando una mueca de alivio, fecha de vencimiento que le da paso al siguiente enlace, la idea de cada uno en su rol, en su secuencia, en su dermis, su pandemia, su tontería que va en alza concluyendo en el final meloso y ridículo en la que triunfan los sonetos donde aves comen de la manita izquierda de bondadosos calenturientos con Felicidad en su derecha. Era lo que me temía Felicidad.

Felicidad no es como la pintan. Es real. Su trabajo requiere buen oficio y mala cara para abofetear desacatos. De estatura promedio y robusta mantiene el orden en una obra constructiva. Felicidad es una persona no otra cosa.


A la Orden,
Regulador